quinta-feira, 10 de julho de 2008

Bombardeio da Plaza de Mayo

Apesar de que a história argentina seja pouco conhecida no Brasil, todos sabemos quem foi Perón -e claro sua primeira mulher Evita- que é comumente comparado a Getulio Vargas. Mas a verdade é que o peronismo teve efeitos muito mais profundos na sociedade argentina, estando presente como opção política (o atual governo é peronista, por exemplo) nos dias de hoje, mesmo depois do sangrento governo militar que entre 1976-1983 tentou destruir o peronismo de uma maneira cruel mas muito simples: matando todos que precisasse. Isso significa hoje para a sociedade argentina 30 mil desaparecidos.



Mas nesse momento quero falar sobre um episódio sangrento que aconteceu há mais de meio século e ajuda a entender a loucura das Forças Armadas argentinas e o que veio depois em 1976: O Bombardeio da Plaza de Mayo.



No dia 16 de junho de 1956, liderados principalmente pela marinha, as Forças Amadas argentinas bombardearam a famosa praça onde fica a casa de governo, repleta de manifestantes. O objetivo era derrubar Perón através de um golpe articulado entre grupos civis e militares. O saldo foi de mais de 300 mortos e mais de 800 feridos. Três meses depois Perón foi deposto por um golpe militar que se autoproclamou "Revolução Libertadora".



Nas palavras de quem estava lá:

José Portas

Cuando dejé la oficina era las 11.45. Una compañía de infantes de marina, transportada en camiones, ya se estaría acercando por Leandro Alem en dirección a la Casa Rosada. Aviones pilotados por nerviosos oficiales, se moverían en las pistas buscando la posición correcta para despegar. Evangélicos sacerdotes agotarían las reservas de agua bendita otorgando la bendición pontifical al accionar a los héroes de la nueva cruzada. Los engranajes de la traición a la voluntad popular, iban encajando uno con otro, insuflándole movimiento al pesado trasto Cainita.

Enfilé Lavalle para bajar hacia la zona de los bancos. Aceleré la marcha pensando en regresar cuanto antes a la oficina. A las 12.05 entraba en el Banco de Italia, luego me quedaba el de Nación, y por último Impositiva donde compraría las estampillas para los contratos. Si hubiésemos prestados atención, con toda seguridad habríamos oído el ruido de los engranajes.

Entre las 12.20 y 12.30 entre en Reconquista 46 para la compra de las estampillas. Me puse en la fila y tabiqué el portafolios entre las piernas, y luego encendí un cigarrillo. Entonces en unos segundos más, la máquina soltó el alarido. Paradójicamente, una violenta explosión de sonido metálico, amenazante, nos sumió en el silencio. De inmediato ruido de metralla, otras dos o tres explosiones y más metralla. La compañía de infantes de marina desembarcada detrás del monumento a Belgrano, retrocede y busca refugio en el Ministerio de Marina. Desde la Casa Rosada resisten.

Dentro comienza un movimiento desordenado. Las ventanillas de atención al público comienzan a cerrarse. Alguien pregunta gritando en forma nerviosa.

- ¿Qué carajo pasa?

A través de la puerta se ve correr a la gente, algunos caminan pegados a las paredes. El ruido de guerra va en aumento. Se escucha una voz que avisa.

- ¡Están bombardeando la Casa Rosada...!

- ¡Hijos de puta...!

Una mujer se pone a llorar y se le caen los anteojos, un hombre que va hacia la salida sin darse cuenta los patea y salen disparados.

- Mis anteojos por favor...

Y se pone a buscarlos, su cuerpo inclinado y los brazos casi en cruz, de uno de los cuales pende una cartera.

Tomo el portafolios casi intuitivamente. En ese momento pienso a borbotones, una irrealidad de gestos macabros y casi incomprensibles, se me cuela dejándome perplejo. De pronto recuerdo a los viejos y trato que algo se me ocurra para buscar la manera de avisarles que estoy bien. Es sorprendente el tipo de reflexiones que nos asaltan en especiales situaciones. Algún jefe da la orden de cerrar. Muchos protestan: ”eso no se puede hacer”.

- Yo tengo que cerrar, los que quieran quedarse adentro, que lo hagan, aquí se está más seguro que afuera...

El fondo de metralla y explosiones se hace más intenso. Personalmente decido salir. Llego hasta la puerta pegándome a la pared a un costado de la misma. Me quedo quieto y trato de mirar hacia la Plaza. Tres aviones Carolina, paquidérmicos, de lento movimiento, bostezan con su vientre y dejan caer pequeñas bombas cuyos objetivos se hacen inciertos. La cantidad de gente disminuye, la mayoría va en dirección a Corrientes. También están lo que cautelosamente parecen querer llegarse hasta la Plaza. Veo columnas de humo negro levantarse desde lugares que no alcanzo a distinguir. Se oyen cantar motores de avión. Eran los Gloster Meteor que volando a baja altura sobre Avenida de Mayo, desde la altura del Congreso, rasaban ametrallando a discreción. Aviones pagados por el pueblo que ametrallaban al pueblo. Como símbolo de su ideología llevaban pintada en su fuselaje, una cruz encerrada dentro de una “V”, estandarte del emperador cristiano Constantino: “Con este signo vencerás”. Estos cristianos tan dulces y sin dudar de poner la otra mejilla. En la Plaza, trolebús despanzurrado como un escarabajo de lata, llevando en su interior seres humanos, era el humeante testigo de lo que son capaces de hacer estos guerreros de Dios, cuando explota su evangélica indignación. Luego con el correr de los tiempos, y una vez ya realizada su tarea con sumo esmero, la Santa Iglesia Católica, tiene el desparpajo de pedir perdón por los lamentables errores cometidos.

Avanzaba con lentitud, deteniéndome por instantes con el objeto de prestar atención a lo que estaba ocurriendo y haciendo el esfuerzo de asimilarlo. La barbarie soltaba sus fuerzas con evidente afán de exterminio. Con cautela me acercaba a Sarmiento, cuando desde una ventana, una voz de mujer gritó:

- ¡Se te acabó Pocho hijo de puta...!

Levanté la cabeza pero no alcancé a divisar a nadie. En el momento que llego a Corrientes me sorprenden dos camiones cargados de hombres armados con algunas escopetas, revólveres que exhibían en sus manos, pocos fusiles Máuser y carabinas 22 de aspecto inofensivo.

- ¡La vida por Perón... la vida por Perón...

Lo gritaban con un tono desafiante, casi como un canto de guerra. Bajaron por Corrientes hacia Leando Alem y ahí giraron hacia Plaza de Mayo.

Resultó un intento fallido; pero insistieron el 16 de Setiembre con mayor poder de convocatoria y fuerzas mejor organizadas, lograron tomar el poder dispuestos a una tarea de exterminio que no cejó en ningún momento. Desde los fusilamientos del 9 de junio de 1956 hasta la estructuración de campos de concentración al mejor estilo nazi y la macabra y novedosa propuesta de arrojar secuestrados vivos al mar. Un evidente odio de clase fue el principal motor de una estrategia planificada con frialdad y decisión ante la pasividad e indiferencia de sectores de la población y con la acostumbrada bendición de los tonsurados. Pero la resistencia continúa.

4 comentários:

Lola disse...

Triste, mas ao mesmo tempo, "bonito", por ver que pessoas resistem, lutam por seus ideais, pelo que acreditam.

Beijo.

PS: Ofereci um selinho para este blog, no "Consciência".

Daniel Araujo disse...

Valeu, minha única leitora!!!!!!!!

TaTiTa disse...

Hey Li!!No se como caí en tu blog, muy bueno!!A mi como futura Economista me interesa mucho la historia, pero no es mi área, por eso te quería proponer un tema que se que manejas: diferencias entre los golpes militares de los 70´s en Argentina y Brasil y las consecuencias en el desarrollo economico y social de las mismas. Siempre tuve curiosidad, pero no cuento con el material ni el conocimiento para hacer tal análisis, y sé que vos si!!jaja exitos y felicitaciones de nuevo!
Taty

Anônimo disse...

nnjskqgnwdrqxbgdouto, justin bieber baby, vzpicgn.